Badajoz está situada muy cerca a Portugal lo que propició que en épocas de conflictos se convirtiera en una plaza fronteriza de importancia fundamental; en tanto que en los tiempos de paz, esta misma cercanía al país vecino la convierte en lugar importante dada su privilegiada situación.
El origen de la ciudad fue de un núcleo visigodo ya despoblado, establecido a su vez encima de remotos asentamientos prehistóricos, un pequeño poblado someramente fortificado, con el nombre de Batallyos.
En el siglo XII, bajo los almohades, este modesto enclave constituía ya una importante ciudad rodeada por la fuerte Alcazaba que aún perdura. Hasta su reconquista en 1230 por Alfonso IX, Badajoz fue una floreciente población árabe, cabeza en ciertos momentos de uno de los más poderosos reinos musulmanes de la Península. Las guerras civiles castellanas en los siglos XIII y XIV, la división de la Iglesia, y la existencia de grandes consejos de los reyes, marcaron la vida de esta ciudad durante la Edad Media.
En los posteriores siglos, Badajoz ha jugado un importante papel debido a su situación fronteriza con las tierras portuguesas de la provincia del Alentejo, lo que obligó a su intervención en numerosos enfrentamientos hispano-portugueses. El paso del tiempo ha ido convirtiendo a esta ciudad, regada y dependiente del río Guadiana, en el principal puente de unión con Portugal, a través de las vías de comunicación. La vida universitaria, junto al crecimiento de la ciudad, le ha convertido en la ciudad más poblada de Extremadura.
El origen de la ciudad fue de un núcleo visigodo ya despoblado, establecido a su vez encima de remotos asentamientos prehistóricos, un pequeño poblado someramente fortificado, con el nombre de Batallyos.
En el siglo XII, bajo los almohades, este modesto enclave constituía ya una importante ciudad rodeada por la fuerte Alcazaba que aún perdura. Hasta su reconquista en 1230 por Alfonso IX, Badajoz fue una floreciente población árabe, cabeza en ciertos momentos de uno de los más poderosos reinos musulmanes de la Península. Las guerras civiles castellanas en los siglos XIII y XIV, la división de la Iglesia, y la existencia de grandes consejos de los reyes, marcaron la vida de esta ciudad durante la Edad Media.
En los posteriores siglos, Badajoz ha jugado un importante papel debido a su situación fronteriza con las tierras portuguesas de la provincia del Alentejo, lo que obligó a su intervención en numerosos enfrentamientos hispano-portugueses. El paso del tiempo ha ido convirtiendo a esta ciudad, regada y dependiente del río Guadiana, en el principal puente de unión con Portugal, a través de las vías de comunicación. La vida universitaria, junto al crecimiento de la ciudad, le ha convertido en la ciudad más poblada de Extremadura.
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