Chinchón 13-03-2010

Chinchón es uno de los pueblos más pintorescos y de mayor personalidad de la provincia de Madrid, y aún encontrándose tan cerca de la capital, no ha impedido el que conserve su identidad. Con sus paisajes grises y ocres; las casas amontonadas en cerros resguardan su característica Plaza Mayor.
Sus recursos turísticos y productor agrario son de calidad y en continuo desarrollo. Las actividades que han generado economía desde el siglo XV han sido principalmente la agricultura, la ganadería. Los principales cultivos han sido los cereales, la vid, el cáñamo y el olivar. La ganadería era un complemento de la agricultura, para uso doméstico. La elaboración del pan como alimento básico genera la construcción por el Concejo de Chinchón, en el siglo XV, de varios molinos harineros en la vega del Tajuña. En este mismo siglo se construyen los primeros molinos aceiteros que tienen un notable desarrollo en el siglo XVI y posteriores, a medida que aumentan las plantaciones de olivos. En el siglo XVIII había en Chinchón más de treinta molinos aceiteros.
También el ganado proporcionaba la materia prima a los pellejeros, curtidores y zapateros. Chinchón ha conocido a lo largo de la historia tres tenerías: los tinarejos, tejeros y alfareros daban forma a sus tinajas y a los demás productos artesanos. Existen varias cuevas en diferentes locales dónde antiguamente se almacenaba el vino en tinajas, en el restaurante La Casilla, aprovechando la comida, te permiten visitar la cueva.
El ajo empiezo a cultivarse en el siglo XVIII, siendo en la actualidad uno de los productos más rentables. Se mantiene su producción vinícola con la denominación de origen de Arganda. Actualmente conserva la tradición vinatera desde el siglo XIV, en que cada cosechero tiene su propia bodega donde obtiene su vino y destila los orujos, da origen a la destilación del anís. Este destilado de vino, macerado con grano de anís, se vuelve a destilar de nuevo para elaborar el aguardiente anisado de Chinchón.