Vinaròs (09-07-2008)

Su situación estratégica en la costal Mediterránea aporta al municipio un clima envidiable en todas las épocas del año. Esta circunstancia y su reconocida referencia como ciudad de excelente gastronomía, hacen de Vinaròs un acogedor destino en el que perderse. Nada como probar sus típicos mariscos, langostinos y su cocina mediterránea, para querer volver a repetirlo.
A todo ello se unen sus numerosas playas y calas, de arena o piedra, prácticamente vírgenes en su mayoría. Además, un paseo por su casco antiguo hace olvidar el presente y retrotraerse a épocas pasadas (algunas personas que conozco cuando por primera vez lo visitan, tienen esa impresión), aunque en la actualidad se encuentra en un proceso de remodelación más moderno. Las calas y las playas se encuentran distribuidas a lo largo de la costa norte y sur de Vinaròs, las calas configuran un entorno natural único que diferencia Vinaròs. Las calas se encuentran protegidas por pequeños acantilados, con típica vegetación de la costa mediterránea como el romero, la pita con sus grandes flores, semejantes a altos árboles, que aparecen cada doce años, y el palmito, que permiten la practica de actividades como la pesca junto a la orilla y sobre las rocas, o el submarinismo. Las calas son de fácil acceso, ya que se encuentran señalizadas y cuentan con escaleras o rampas de acceso. Poseen la certificación medioambiental ISO 14001 otorgado por AENOR, garantizando su correcto mantenimiento, limpieza y respeto por el medio ambiente.